Cirugía de Párpados

La blefaroplastia es una cirugía que tiene la finalidad de rejuvenecer la apariencia del rostro a través de la intervención de los párpados.

Consiste en un procedimiento quirúrgico funcional o cosmético con la finalidad de remodelar el párpado superior o inferior, eliminando y/o reposicionando el exceso de tejido, así como también reforzando los músculos y tendones circundantes.

Cuando se presenta una importante cantidad de piel en el párpado esta puede colgar sobre las pestañas y causar la pérdida de la visión periférica. Las partes externas y superiores del campo visual son las más comúnmente afectadas y la condición puede causar dificultad en actividades tales como conducir o leer. En estas circunstancias, la blefaroplastia del párpado superior es llevada a cabo para mejorar la visión periférica.

Pacientes con una menor cantidad de exceso de piel pueden realizarse un procedimiento similar por razones cosméticas. La operación en el párpado inferior es casi siempre hecha por motivos estéticos para mejorar las «bolsas» de los párpados inferiores, y reducir el arrugamiento de la piel, pues es muy frecuente que después los 40 años los párpados superiores e inferiores se caigan por la abundancia de piel en ellos.

A esto debe agregarse la presencia de bolsas en los párpados (sobre todo en los inferiores) y hasta «olanes» en muchas ocasiones. De hecho, el problema de las bolsitas (que es grasa acumulada en los párpados) puede encontrarse desde edades muy tempranas por razones de carácter hereditario.

La blefaroplastia se realiza mediante incisiones externas hechas a lo largo de las líneas naturales de los párpados, tales como las rayas de los superiores y por debajo de las pestañas en los inferiores, o por la superficie interna del párpado inferior. El tipo de anestesia que se utiliza generalmente es local y sedación. Es una cirugía ambulatoria (también llamada cirugía de día), porque no es necesario que el paciente permanezca hospitalizado.

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La recuperación es rápida, la hinchazón y los hematomas iniciales toman una o dos semanas en desaparecer, pero se necesitan varios meses para que el resultado final se vuelva estable.

Dependiendo del alcance del procedimiento, la operación toma de una a tres horas en completarse.

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